*ERES LIBRE DE COMPARTIR*
La Felicidad es una elección que puedo hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. No hay nadie mas importante en el mundo que tu mismo, y no hay nada que tu por tu cuenta y por sacrificio propio no puedas conseguir, demuestrale al mundo cuanto eres y cuanto vales demuestra que no hay precio para tí, ni para tus ganas de vivir. ¡Sé Feliz!
sábado, 13 de julio de 2013
sábado, 6 de julio de 2013
*ATRAGANTAMIENTO - CóMo aCTuaR - MaNioBRa De HEIMLICH (CON VIDEO)
Un trozo de comida que se va por el mal camino puede causar un triste desenlace si nadie sabe cómo actuar. Te explicamos qué hacer, tanto si te atragantas como si tienes que ayudar a alguien que sufra un atragantamiento: con un vídeo te mostramos cómo hacer la maniobra de Heimlich.
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Los atragantamientos son muy frecuentes y por suerte, casi siempre se resuelven solos sin más problemas que haber pasado un mal rato. Pero a veces, un atragantamiento puede tener un desenlace fatal.
Cuando un poco de líquido o una miguita se van por el mal camino, lo normal es que el reflejo de la tos baste para limpiar las vías respiratorias. Los atragantamientos más peligrosos son aquellos en los que un cuerpo extraño de tamaño sustancial obstruye las vías aéreas total o parcialmente: un hueso, un trozo de carne, un pedazo de manzana… En el caso de los niños, el cuerpo extraño también puede ser un pequeño juguete o algo que han encontrado por el suelo.
En estos casos, recuerda que nunca debes tratar de extraer el objeto con las manos, pues sin querer podrías introducirlo más adentro. La forma de actuar depende de cómo se estén desarrollando las circunstancias.
En contra de lo que muchas personas creen, es muy importante no palmear la espalda de la persona atragantada si está de pie o sentada, pues el cuerpo extraño podría desplazarse aún más adentro.
Sin embargo, si la tos no está surtiendo el efecto deseado y la persona se debilita, puedes ayudarla a doblarse por la cintura e inclinarse mucho hacia delante, para darle a continuación algunas palmadas enérgicas entre los omóplatos. De este modo, si el cuerpo extraño se mueve, será hacia afuera y no hay peligro de que se encaje aún más en las vías aéreas.
Si estas medidas no funcionan, es hora de hacer la maniobra de Heimlich, que también procede cuando la víctima no puede toser.
En estos casos, tienes que actuar con calma y rapidez, empezando por preguntarle a la víctima si se está ahogando. Si la respuesta es sí, dile que la vas a ayudar, para que no se asuste cuando la manipules.
La maniobra de Heimlich no es difícil. En el vídeo a continuación puedes ver cómo se hace en el caso más común, que es cuando la víctima está consciente, de pie o sentada, y tiene una complexión normal. Ahora bien:
Y recuerda: hay que hacer varias series de compresiones hasta que el objeto sea expulsado, mientras alguien avisa al servicio de emergencia 112 (si el atragantamiento se resuelve sin problemas, llama de nuevo para que no hagan el viaje en balde).
Maniobra de Heimlich
Cuando un poco de líquido o una miguita se van por el mal camino, lo normal es que el reflejo de la tos baste para limpiar las vías respiratorias. Los atragantamientos más peligrosos son aquellos en los que un cuerpo extraño de tamaño sustancial obstruye las vías aéreas total o parcialmente: un hueso, un trozo de carne, un pedazo de manzana… En el caso de los niños, el cuerpo extraño también puede ser un pequeño juguete o algo que han encontrado por el suelo.
En estos casos, recuerda que nunca debes tratar de extraer el objeto con las manos, pues sin querer podrías introducirlo más adentro. La forma de actuar depende de cómo se estén desarrollando las circunstancias.
Si la víctima puede toser
Si la víctima del atragantamiento puede toser, lo mejor es no intervenir para dejar que el reflejo natural de la tos haga su trabajo.
En contra de lo que muchas personas creen, es muy importante no palmear la espalda de la persona atragantada si está de pie o sentada, pues el cuerpo extraño podría desplazarse aún más adentro.
Sin embargo, si la tos no está surtiendo el efecto deseado y la persona se debilita, puedes ayudarla a doblarse por la cintura e inclinarse mucho hacia delante, para darle a continuación algunas palmadas enérgicas entre los omóplatos. De este modo, si el cuerpo extraño se mueve, será hacia afuera y no hay peligro de que se encaje aún más en las vías aéreas.
Si estas medidas no funcionan, es hora de hacer la maniobra de Heimlich, que también procede cuando la víctima no puede toser.
Si la víctima no puede toser
Si la víctima no logra toser es porque sus vías respiratorias están totalmente obstruidas y corre peligro de morir por asfixia en pocos minutos.
En estos casos, tienes que actuar con calma y rapidez, empezando por preguntarle a la víctima si se está ahogando. Si la respuesta es sí, dile que la vas a ayudar, para que no se asuste cuando la manipules.
La maniobra de Heimlich no es difícil. En el vídeo a continuación puedes ver cómo se hace en el caso más común, que es cuando la víctima está consciente, de pie o sentada, y tiene una complexión normal. Ahora bien:
- Si la víctima es una persona muy obesa o bien es una embarazada, hay que colocar el puño en mitad del esternón.
- Si la víctima está inconsciente y tumbada en el suelo, hay que colocarla boca arriba y sentarse a horcajadas sobre ella, practicando las presiones en el mismo punto y en la misma dirección, con las manos superpuestas y usando el talón de la mano que está debajo.
- Si la víctima es un bebé menor de un año o un lactante, el procedimiento cambia mucho, aunque el fin es el mismo, conducir hacia afuera el aire de los pulmones para ayudar a expulsar el objeto.
Y recuerda: hay que hacer varias series de compresiones hasta que el objeto sea expulsado, mientras alguien avisa al servicio de emergencia 112 (si el atragantamiento se resuelve sin problemas, llama de nuevo para que no hagan el viaje en balde).
Si el atragantado eres tú
Si te atragantas, también hay varias cosas que puedes hacer para remediarlo. Si tienes la impresión de que se te ha "cerrado" la garganta por nada (una gota de saliva, un poco de polvillo aspirado del ambiente, incluso un olor como por ejemplo un disolvente), mantén la calma y respira normalmente por la nariz, para relajar el reflejo que hace a la epiglotis cubrir el acceso a la tráquea. Este reflejo natural se produce siempre que tragas, para impedir la entrada accidental de cuerpos extraños en las vías respiratorias. Si te tranquilizas, durará unos segundos.
Por lo demás, sigue estos consejos:
Por lo demás, sigue estos consejos:
- Si te has atragantado con saliva, un poco de líquido o un cuerpo extraño pequeño, te dará tos. No trates de contenerla, al revés, tose con fuerza sin importar los modales.
- Si el cuerpo extraño no es pequeño pero está colocado de tal modo que te permite toser, tose inclinándote hacia delante y no dejes que te palmeen la espalda a menos que estés doblado por la cintura e inclinado.
- No te retires de la vista de las personas que haya alrededor, pues quienes hacen esto por guardar la compostura se encuentran luego sin ayuda si el atragantamiento se agrava, en vez de resolverse.
- Si no puedes toser, llévate las manos a la garganta para indicar que necesitas ayuda.
- Si estás solo y sientes que corres peligro de asfixia, es posible hacerse uno mismo la maniobra de Heimlich: coloca el puño sobre la parte superior del abdomen y cúbrelo con la otra mano, tal y como se explica en el vídeo. Después, busca un apoyo sólido como el borde de una mesa o el respaldo de una silla, y apóyate sobre él de modo que las manos presionen con fuerza y rapidez hacia dentro y hacia arriba.
- FUENTE: http://www.ocu.org/salud/nc/consejos/atragantamiento-y-maniobra-de-heimlich
viernes, 28 de junio de 2013
*CóMo VoLVeR a CoNFiaR
Una vez que
nos han traicionado, es muy difícil que nos permitamos volver a confiar
en alguien. Aunque si caemos en esta actitud de estar a la defensiva,
también sufrimos, ya que creamos una muralla emocional tan gigantesca
que nos aleja de volver a sentir y entregarnos.
Simplemente
no es justo que dejemos de confiar en alguien más por lo que nos ha
sucedido en el pasado. La confianza en realidad es un hermoso regalo que
todos poseemos, es nuestra habilidad para creer que las cosas van a
suceder como queremos o mejor, que nuestro vínculo tiene posibilidades.
Al confiar en otras personas
tenemos fé en ellas, confiamos en que las decisiones que tomen van a
ser respetuosas, amorosas y que esa persona va a cuidarnos en el amplio
sentido de la palabra. Queremos que nos amen con honestidad. Cuando confiamos en nosotros
confiamos en nuestras capacidades, nuestras decisiones. Nos amamos, nos
tomamos en cuenta y sobre todo nos respetamos en nuestras necesidades,
sin pasar a nadie por encima. Para conducirnos en la vida, lo hacemos
sobre la base de valores firmes e integridad.
En esos momentos muy tristes cuando somos traicionados, tendemos a culparnos, “nunca debí haber confiado en esta persona, cómo pude haberme equivocado tanto, fue todo una gran pérdida de tiempo” La
realidad es que nuestra naturaleza es muy amable en ese sentido,
nosotros nacemos creyendo en el otro, la desconfianza es algo que vamos
aprendiendo con el tiempo. No hay nada de malo en ser prudente, pero la
desconfianza absoluta, el creer que ya nos van a traicionar de antemano,
solamente hace que encasillemos a los demás y quizás nos perdamos de
una excelente oportunidad para simplemente ser feliz junto a alguien
más.
Nosotros somos seres completos,
los demás agregan alegría a nuestra vida y está comprobado que tener
vínculos positivos nos hacen sentir muy bien. Pero nadie puede darte
amor sino sabes amarte a ti primero y tampoco nadie puede quitarte nada
que ya poseas a nivel emocional, si te han traicionado no eres menos, no
tienen derecho a quitarte tu alegría ni tu habilidad para confiar. Si
alguien no actúa de acuerdo a tus expectativas no quiere decir que seas
un tonto ingenuo, podemos sobrevivir a la decepción, en todo caso, las
malas experiencias que tenemos con los demás se pueden convertir en
experiencias de aprendizaje. No tenemos que culparnos por haber confiado
en alguien que no estuvo a la altura de la situación, en realidad
tendríamos que sentir pena por alguien que no sabe compartir
saludablemente un vínculo e intentar dejar ir a esta persona de nuestra
vida, si ya ha demostrado que no hay oportunidad de cambio genuina.
La confianza es vital para cualquier relación, no podemos vincularnos con los demás desde la premisa de que nos van a traicionar.
No es justo que una persona que aparece en nuestra vida por primera
vez, deba pagar las consecuencias de nuestros monstruos del pasado. Ya
con nuestra sabiduría encima, intentando ser lo más objetivos posibles,
podemos evaluar con más facilidad las intenciones de los demás.
Cuidémonos, pero no desde la paranoia total. Tal vez esta nueva persona
pueda sorprendernos si tan sólo se lo permitimos.
Aprendamos a reconocer a las personas confiables.
Seamos observadores, pensemos cómo esa persona trata a los demás,
pensemos si su manera de ser cambia cuando está en público. Al comenzar
un nuevo vínculo en cualquier ámbito, tenemos que ser cuidadosos y no
entregarnos 100% de inmediato, vayamos evaluando el terreno con cautela.
Compartiremos detalles sin importancia de nuestra vida y esperaremos a
ver cómo reacciona, ¿es alguien que le gusta repartir chismes, ha
respetado nuestra privacidad? Si en pequeñas cosas ya hay una falta de
respeto, seguramente con situaciones más importantes la traición estará
presente.
Si nos han traicionado y estamos convencidos de que nos va a volver a suceder, seguramente vamos a tener razón.
Estaremos tan alertas que cualquier señal inocente denunciará “una
traición”, vamos a ver lo que queremos ver. Estas actitudes van a
agotarnos y también a la otra persona, que quizás por despecho termine
comportándose de la manera que tanto temíamos.
Nosotros nos merecemos buenas relaciones,
personas en quienes podamos confiar plenamente, tenemos que saber que
merecemos lo mejor. Si somos honestos esperemos lo mismo de nuestros
vínculos.
Jamás podremos controlar las acciones de los demás, pero sí podemos controlar cómo vamos a responder a estas situaciones.
No interesa si nos han traicionado, eso no quiere decir que no seamos
inteligentes, ni capaces, ni buenos, simplemente caímos en las manos
equivocadas por esperar lo mejor del otro. No es tonto de nuestra parte
esperar lo mejor, es que a veces lamentablemente las cosas no resultan
cómo uno las espera.
Aprendamos a
movernos por la vida con confianza en nosotros mismos, siempre tratando
de dar lo mejor, sabiéndonos merecedores de amor y respeto, evitemos
enojarnos por haber sido ingenuos con alguien, en realidad poder confiar es una habilidad estupenda que no es justo que la perdamos por situaciones que no fueron dignas de nosotros. Siempre existe alguien que vale la pena, solamente tenemos que darle la oportunidad de que nos lo demuestren.
FUENTE: http://psicologiapositivauruguay.com/2012/11/10/como-volver-a-confiar/
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